Como letras intangibles se vierten en las páginas del suelo
La llama de lo celeste, un espejo de fuego escondido entre algodones en su lecho
Un ojo lacrimoso donde emigra una hueste de podagra
Se asienta tal rebaño descabalgado en el herbaje de la patria de los cautivos
Un cristal con manos de escribano va traduciendo las gotas distantes que sollozan en la memoria de lo perecedero
El agua aclarando la memoria de lo diverso
Recorre extraviada los fangos de lo desconocido
La belleza del campo con sus lágrimas entre sus pechos
Recubre con un color vidrioso todo lo resurgente en la boca de lo diáfano
Zozobran los árboles en el camino inhóspito de lo humano
Empapando la tierra
Sumergiendo de la arcilla unos seres extraños
De ésta nazca flora y la fauna para inundar un torrente de jolgorio por el mundo terráqueo
Entre los hombres se mezcla la lluvia cual beso anunciando el amor de lo imposible
Un espíritu poético acomoda la gratitud de lo divino
Relucientes briznas de hierba asemejan la belleza de las ninfas
Abren sus labios donde se asientan las gotas de lluvia de lo azulado.
La lectura del pliego extiende subjetivamente la reencarnación sobrehumana
Bienaventurados los íntegros pues de ellos será el reino de lo inacabado.
A. Sacd@
Otra creacion mas ,tu que tienes el don de expresar ,pero recuerda ese agua critalina donde la pureza y la vida,esta por crear,al igual que el amor,esta por salvar.
ResponderEliminarLlora el firmamento atemperando a su hija la tierra para llenarla de vida.
ResponderEliminarMuxu.