Esperaba desnuda tumbada en la cama. Pose mis labios en su piel,sentí el aroma de tierra húmeda en mis entrañas. Allí estaba, como la desnudez del calor sofocante del desierto o el azote del viento levantando bandadas de arena en la playa.........
A. Saceda
Sehaceloquesepuede
jueves, 18 de mayo de 2017
lunes, 15 de agosto de 2016
La verdad de mis labios.
Hoy has caído en los brazos de lo eterno.
Quiero darte el último beso y sentir el frío mármol de los tuyos.
Envolverte a modo manto de nieve en la estación de invierno.
Acariciarte tal mellizo de brisa en el vello del prado.
Mis lagrimas serán rocío cristalino que realce destello.
El labrado de la luz que para en ti será ya una mustia flor.
Para mí será el recuerdo inolvidable de lo invisible.
A. Saceda.
Hoy has caído en los brazos de lo eterno.
Quiero darte el último beso y sentir el frío mármol de los tuyos.
Envolverte a modo manto de nieve en la estación de invierno.
Acariciarte tal mellizo de brisa en el vello del prado.
Mis lagrimas serán rocío cristalino que realce destello.
El labrado de la luz que para en ti será ya una mustia flor.
Para mí será el recuerdo inolvidable de lo invisible.
A. Saceda.
sábado, 16 de mayo de 2015
Oda de San Prudencio
Paso a paso el ciego camina
Paso a paso recorre el bosque prudente
Requiebra fosas y rosales y eso le anima.
Al ciego prudente nada le lastima
No canta aroma ni experimenta sensación
Sabe que a las rosas cubren espinas
Y que por muy ahito que esté el invidente
No quiere decir que no entienda de colores
Ni que no los mezcle
que su Universo carezca de luz
No dice que valore las letras por su forma
Sino por su presente.
S. Saceda
Oleo de A. Saceda
sábado, 19 de octubre de 2013
Vistas de Madrid y Alcalá de Henares desde el Ecce Homo.
Óleo sobre lienzo pintado por A. Saceda.
Hay almas a las que uno tiene ganas de asomarse, como a una ventana llena de sol. F García Lorca.
Castillo
Sigo escribiendo pasos por la ciudad, me siento en el lomo de la montaña
Descubro un molinillo de viento que recorre el aire vacilante.
Hago una pregunta.
Qué interesa a
Una brizna desprendida del alma
Un pequeño bostezo del ser
Un jirón del corazón, que ondee libre en el mástil de nuestra rutina diaria
Pienso y digo
Qué sino lo más bello es buscar la belleza de las cosas
Suelto la cuerda de la locura con las alas de la imaginación asciendo a las profundidades del cielo.
Poder besar a las nubes
Acariciar el ascua apagada de la luna.
El sol como un león tumbado en la estepa esperando su presa
La tierra
La luna desde la cercanía observa su criatura
El sol desde su lejanía con sus colmillos afilados araña nuestro letargo
En los mares se cultivan las espigas llorosas
En la tierra en un mar de hierba recorren los molinillos de viento
Veo a los niños jugar en los columpios
De sus caras se desprenden sonrisas
Corren detrás de los molinillos de viento
Parque de los sentidos
Donde las emociones florecen con una infinidad de colores
El oído se conforta con la música de las gargantas de los niños
El aroma de ternura revolotea como mariposas rojizas
Es algo tan sencillo ver la belleza en las cosas
Las tienes ahí esperándote
Con la mano abierta
Esperando que le des un beso
Que abraces sus emociones
La belleza es sentir
Al igual que pensar es vivir
Como el cuerpo necesita alma, ser o el nombre que desees
Pero no obstante sigue buscando la belleza de las cosas sencillas
Seguro que encontraras la sonrisa de un niño.
A. Saced@
lunes, 25 de febrero de 2013
Cuando la sangre sí es más dulce que la miel.
La luna blanca como el vapor de una caldera
de agua
Arropada por el velo de la noche
Surca la
memoria de los sueños
La luna blanca como una muñeca de marfil
Disfruta de nuestros miedos nocturnos
La luna blanca escapada de la espuma de mar
Arrodilla al viento que dobla los juncos del
río.
A. Sacd@
Oleo sobre lienzo . A. Saceda.
en este mundo agostado
sola y callada floreces.
Aire ansías, y luz, primavera que vierta su tibio
resplandor, cuando
buscas la infancia del mundo.
Ya tu sol, ya tu tiempo feliz se ha ocultado,
y en la noche glacial
sólo hay fragor de huracanes.
Friedrich Hölderlin
La belleza se confunde en la niebla.
miércoles, 26 de diciembre de 2012
Cuando el ataque de furia llegue vestida de soledad
Y mis piernas les cueste subir los peldaños; para desde lo más alto
pueda observar a las nubes pasearse como plañideras en un paso fúnebre
donde el cadáver del crepúsculo sea llevado por el viento detrás de las verdes colinas
Y las rosas rojas florezcan, donde los ojos descansen sus penas
Y el arco iris tense las cuerdas del alma
Como el campo de trigo armonioso se extiende por la campiña
Y tiña de rojo púrpura la espiga dorada
Mi corazón estará tendido esperando la lluvia de tus lágrimas
Y desde lo más hondo de mi tristeza florezca un rayo de esperanza
Y la soledad se vista de fiesta y su mano tendida me saque a bailar
Y sus ojos serán mi vista
Y sus pies mis deseos
Y su yo será el crepúsculo
Yugo será liberado.
A. Sacd@
lunes, 10 de diciembre de 2012
Labios
Mis labios recorren tu cuello al alba.
La tierra sembrada de verde socava
Para acariciar tus pies desnudos
Tu cintura se zambulle entre mis piernas
Buscando mis manos teñidas de blanco
Mis ojos se cruzan con los tuyos
Las brisas de sus miradas
Ciegan sus corazones despojados
Derraman sonrisas
se aman
Calla el alivio de la lluvia
Que moja el suelo de tu piel
Recorriendo el agua entre tus mejillas
Para sentir el murmullo de mi arroyo en tu ovulo
El gemido de tu garganta
Lo siento como el rayo que parte al árbol solitario
ese rayo que sale entre las nubes
Para iluminar tu cara
Tus venas recorren tú cuerpo con un azul celeste
Resaca de tus silencios alcanza mis sentimientos.
…………………………………..
Mis labios cuanto tiempo atrapados en la cárcel del silencio
Deseando desnudar el amor
Incrustado en el fondo de mi torre de babel
Roto con las palabras de los carceleros
Aguantando como un mendigo el chusco de la mano limpia
Las caricias de una mirada difuminada
El palpar del aliento sinuoso
Que te llega al ovulo de la oreja
Te susurra al oído
Te quiero
Como tu eres
Te adoro como el sol al horizonte
La luna perdida entre las nubes
El mar manso como un cordero
La yerba fresca entre mis nalgas
Sintiendo el calor del sufrimiento
Anhelando la senda de los elefantes
El hervir de mi frialdad
Te lo dedico a ti
A ese corazón
Sembrado de sombras y de lágrimas
Buscando la salida de la nada.
A. Saceda
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