viernes, 9 de marzo de 2012

Risco.



Silfides batiendo sus alas se aproximan por la lejanía.
Hortelanos ansiosos de comer los frutos, roban rizos de los huertos,
Vapores mustios y sin sangre vagan por las calles de las ciudades.
En los altos muros se esconden los manzanos .
Ejércitos de gusanos esgrimen sombrías batallas con tropas de manzanas
¡Ay! paraíso perdido por una muchacha caprichosa.
Comisteis del árbol prohibido; ahora días tras otro buscando el vergel más apropiado.
¿Dónde pasar una noche de verano?
En este sinsabor invernal.
El hortelano con la azada en mano , cultiva lo más parecido a los manzanos.
Tan culpables fuiste tú como la caprichosa muchacha.
Ahora te lamentas sollozando en tus sueños culinarios.
Bates huevos sin parar en la cocina de tu casa..
La clara no se separa de la yema ni el gusano de la manzana.
Recuerda aquel día como si de una tormenta se tratara.
La tempestad avanza arrasando las dulces manzanas.
A. Sacd@.


Entretanto; en el que un día fue Edén crecen rizos de bellas doncellas.

1 comentario:

  1. Esas silfides danzando en el bosque alrededor del poeta mientras su interior pugna por no rendirse a las tentaciones.
    Precioso poema sinfónico.

    ResponderEliminar