jueves, 1 de marzo de 2012

Ala espera.

La llaga que orada mi horizonte


Con ella voy cincelando la línea que separa

De mi yo y la distancia

Abro la llave de mi dicha

Cierro los poemas en la caverna

Las sombras que mis dedos van hundiéndose en el fango de la cueva

Como el cristal enamora al agua

El fuego besa al árbol del bosque

Un amor irrepetible y deseado

Imagino el día que abraza a la noche

El ojo de la llave humilla la vida

La vid que brota de las entrañas de la tierra

Sus uvas apaciguan las dichas de los mortales

Sigo chamuscando el tiempo

Como una cerilla ilumina la desdicha



Antonio Saced@



1 comentario:

  1. Como dice alguien que yo me sé -hay que quemarse no vale chamuscarse-, quizás tenga razón y si no la tuviera por lo menos sería mas divertido.

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