miércoles, 19 de octubre de 2011

Virtutem forma decorat




El crepúsculo vespertino
El sol, ese órgano musical que templa los sonidos del campo,
donde el ritmo de colores armoniza con la vida diaria va suspirando su último aliento.
El hombre ese instrumento desafinado sigue recorriendo su camino
Mi cabeza una cueva extraña, oscura y fría, abierta al mundo; a través de dos aberturas por las cuales deambulan, notas musicales; sinfonía de luces y sombras, colorea la entrada de mí cueva. Sentado en el pórtico, me encuentro. Esperando el rayo de luz de la mañana para enmarcarlo en la oquedad de mi cueva…………………………………..




Luego seguiré ahora paso de meterme a la cueva me resbalo y luego quién viene a por mí, ¿ tú?

1 comentario:

  1. Siempre entre la multitud encontrarás a alguien dispuesto a ofrecer su mano que con brío te aupará, no lo dudes, muxu.

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